Precisamente en una nota anterior te comentábamos que, en Gestalt, se denomina experimento al proceso metodológico vivencial en el que aplicamos técnicas gestálticas para facilitar el darse cuenta en el paciente.
En un principio es –de hecho- un proceso cuyo término puede llevar a error, especialmente porque las personas tienden a tener otro concepto de esta palabra (por ejemplo, según la RAE es la acción y efecto de experimentar; esto es, probar y examinar prácticamente la virtud y propiedades de algo.
Dentro del experimento podemos encontrarnos con una serie de pasos que ayudarán al psicoterapeuta y al paciente en este proceso: calentamiento inespecífico, calentamiento específico, acción, retroalimentación y cierre (seguiremos para ello el esquema ideado por Jacob Levy.
Calentamiento inespecífico
En este paso el paciente establece contacto con su zona interna a través de dos herramientas útiles no solo en la Psicoterapia, sino para la propia vida del paciente en general: la relajación y, por ende, la respiración.
En este momento, el psicoterapeuta, con voz pausada, le indica al paciente que cierre los ojos y que trate de relajarse, detectando algún punto de tensión que pueda tener en esos instantes en su cuerpo. En caso de existir, debe eliminarlo a través de la respiración.
El paciente puede cerrar o no los ojos, dado que existen personas que, cuando comienza el experimento, suelen ser reticentes a cerrarlos.
Si el psicoterapeuta se enfrenta hacia un paciente que no desea cerrar los ojos, debe saber que el resultado del experimento seguirá siendo el mismo siempre y cuando la persona, aún con los ojos abiertos, consiga relajarse y respirar correctamente.