En una anterior nota te recordábamos que, hace algunos meses, te hablábamos de manera detallada sobre la introyección, descubriendo un poco más acerca de qué es, en qué consiste y en qué se fundamenta.
Particularmente, recordábamos a muchos de nuestros lectores qué son las introyecciones e internalizaciones, dado que suele ser muy común que su no diferenciación desde un primer momento lleve a equívoco.
De esta forma, te explicamos que las introyecciones son producto de habernos tragado aquellos mensajes negativos que aprendimos y recibimos de pequeño. Mientras que las internalizaciones son mensajes positivos que favorecen la autoestima, la autoconfianza y el autoconcepto.
No obstante, para ahondar un poco más en el primero de los elementos, una buena opción es conocer algunos ejemplos de introyecciones que nos ayuden mucho en este sentido.
Algunos ejemplos de introyecciones
La lista que te mostramos a continuación es solo un listado de ejemplos que ayude en su conocimiento. No obstante, obviamente faltarían muchos de esos mensajes negativos que en definitiva conformarían el término denominado como introyección:
- No puedes hacerlo.
- No vales para nada.
- Eres un torpe.
- Eres tonto/a.
- Eres feo/a.
- Eres un perderdor/a.
- Otros lo harían mejor que tú.
- No haces nunca nada bien.
- …
no me sirvio su wea