Aunque el término experimento pueda llevar a error en un primer momento, dado que según la RAE (Real Academia Española), es la acción y efecto de experimentar, en la Gestalt tiene un concepto completamente distinto.
Concretamente, se denomina experimento al proceso metodológico vivencial en el que aplicamos técnicas gestálticas para facilitar el darse cuenta en el paciente.
Estos están diseñados para ayudar a aumentar la conciencia en la persona, examinando y descubriendo lo que ésta hace y lo que no hace; algo que, dicho sea de paso, recibe el nombre de resistencia.
Más concretamente, el experimento ayuda a la persona a dar el siguiente paso en su desarrollo dentro de una situación segura, pero para ello debe darse un contacto con el propio funcionamiento libre de la persona y un control con la excitación.
Eso sí, es preciso tener en cuenta que los experimentos son útiles para el paciente a resolver aquellos problemas de su vida que le preocupan. Pero para que esto sea posible la persona necesita estar segura de sí misma y conocer cuáles son las principales demandas del organismo.