Tal y como te explicábamos en nuestra nota anterior dedicada a la retroflexión para Fritz Perls, a lo largo del pasado mes te hablábamos de cómo entendía la proyección y la introyección.
Debemos recordar en este sentido que, para Fritz Perls, la introyección contribuye a la desintegración de la personalidad, puesto que la persona al no asimilar todo aquello que entra en su mente finalmente tiende a contradecirse, a la vez que para él la proyección aparece en el momento en que el paciente adjudica sus propios pensamientos, deseos, pensamientos o acciones a otras personas (incluso a otros objetos).
Si continuamos ahondando un poco más a razón de cómo esta persona importante en la historia de la Gestalt entiende otras estrategias, técnicas y problemas gestálticos, hoy debemos explicarte algo más sobre la confluencia.
¿Qué es la confluencia para Fritz Perls?
La denominada como confluencia consiste en confundir los límites propios del yo en los del otro, como forma de buscar el reconocimiento o la aceptación de este, evitando así la responsabilización de la acción ya realizada o que vaya a ser llevada a cabo.
Por tanto, la estrategia a seguir requiere que se facilite al paciente las diferencias que existen en la propia individualidad de la persona, expresando aquello que no se había atrevido antes, separando la persona con el ambiente que la rodea.
Para Fritz Perls se hace necesario que el paciente recupere su propio sentido del límite, por ello es vital facilitar que el darse cuenta aceptando las diferencias y ayudándole a descubrir la frontera que existe entre él como persona individual y los demás.