La deflexión

A lo largo de los artículos anteriores nos hemos hecho eco de las diferentes estrategias terapéuticas por bloqueos, que destacan por ser estrategias aconsejadas cuando el psicoterapeuta Gestalt debe tener en cuenta tanto el ciclo de la experiencia como los bloqueos de cada fase que se producen durante este ciclo. De hecho, son bastantes las estrategias que el propio psicoterapeuta tiene a su disposición que es sumamente útil para quienes se interesan por la Gestalt descubrir cada una de ellas de forma separada.

Por todo ello, es de recibo hacer un repaso a las diferentes estrategias por bloqueos sobre las que ya te hemos hablado en ocasiones anteriores: la introyección (aquel material que has adoptado para tu sistema de comportamiento pero que no has asimilado de tal manera como para que se trasforme en una parte genuina de tu propio organismo), la desensibilización (el paciente bloquea su propia sensibilidad a los sentimientos (o sensaciones) que puedan provenir de dos fuentes: o bien de una percepción interna, o bien de una percepción externa), la proyección (atribuir a otras personas determinados pensamientos, emociones, creencias o actitudes consideradas como propia, quienes las proyectan pero no asumen su responsabilidad sobre tales pensamientos o actos), la retroflexión (consiste básicamente en hacerse a sí mismo lo que le gustaría hacerse a otros, pero exclusivamente en términos agresivos/violentos) y la proflexión (consiste en hacerle a los demás lo que nos gustaría que nos hicieran a nosotros).

Otra estrategia terapéutica de interés en el tratamiento de bloqueos es la denominada como deflexión. Hoy te hablamos sobre ella.

¿Qué es la deflexión y en qué consiste?

La deflexión tiene relación con evitar el contacto poco después de iniciar la acción que persigue el objetivo de cerrar la Gestalt.

Esto significa que, por ejemplo, la persona lleva a cabo algo cuando en realidad no lo necesita, o bien cuando la persona realiza otra acción “huyendo” de no realizar aquello que debe llevar a cabo.

Suele ser habitual encontrarnos con la deflexión cuando, por ejemplo, sentimos vergüenza por una situación y en vez de afrontarla nos marchamos o hacemos cualquier otra cosa para no enfrentarnos a ella.

¿Y cómo es la estrategia para tratar este bloqueo? La estrategia se basa en identificar aquella escena que causa la deflexión, buscando una asociación con los introyectos para luego crear una situación agradable y enfrentarnos a ella.

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