Como te indicábamos en nuestra anterior nota en la que nos hacíamos eco sobre qué es la proyección y cómo se trata para Fritz Perls, no hay duda que a lo largo de la vida podemos enfrentarnos a determinados bloqueos que influyen negativamente en el fluir de nuestra propia vida.
Teniendo en cuenta que, por ejemplo, estos bloqueos impiden que se pueda enfrentar a determinadas situaciones que teme, las repita constantemente en su cabeza, o atribuya erróneamente a otros determinados pensamientos para no asumir su propia responsabilidad, entre otros, es normal pensar que los bloqueos -siempre y cuando sean solucionados- se pueden convertir en auténticas situaciones que nos ayudan a evolucionar como personas.
En lo que se refiere a la propia introyección, consiste en aquel material que has adoptado para tu sistema de comportamiento pero que no has asimilado de tal manera como para que se trasforme en una parte genuina de tu propio organismo.
Para Fritz Perls, la introyección contribuye a la propia desintegración de la personalidad, dado que la persona al no asimilar todo aquello que entra en su mente finalmente tiende a contradecirse.
El objetivo de la estrategia terapéutica es conseguir que la persona aprenda de qué forma y cómo introyecta, para conseguir que se de cuenta de aquello que le produce disgusto o no le gusta, y descubra a qué se debe.
Para ello, propone como estrategias técnicas como la silla vacía, la utilización de la fantasía, la descarga sobre cojín o convertir las preguntas en afirmaciones.
Una de las metas del proceso terapéutico gestáltico sería el re-establecer el flujo del darse cuenta, de re-poseer mi propia libertad y dejar así de lado aquellas conductas compulsivas, previsibles y rutinarias.