La retroflexión

Si nos lees desde hace semanas seguramente te habrás percatado ya que, desde hace algún tiempo, estamos haciéndonos eco y conociendo en profundidad las diferentes estrategias terapéuticas por bloqueos que tienen a su disposición los psicoterapeutas de Gestalt.

En este sentido, estas estrategias son ideales cuando el especialista debe tomar en cuenta tanto el ciclo de la experiencia como los bloqueos de cada fase que se producen durante este ciclo.

En los días anteriores te hemos hablado ya de la introyección (aquel material que has adoptado para tu sistema de comportamiento pero que no has asimilado de tal manera como para que se trasforme en una parte genuina de tu propio organismo), la desensibilización (el paciente bloquea su propia sensibilidad a los sentimientos (o sensaciones) que puedan provenir de dos fuentes: o bien de una percepción interna, o bien de una percepción externa) o la proyección (atribuir a otras personas determinados pensamientos, emociones, creencias o actitudes consideradas como propia, quienes las proyectan pero no asumen su responsabilidad sobre tales pensamientos o actos).

Pero hoy vamos a ir un poco más allá y vamos a conocer más sobre la denominada como retroflexión.

¿Qué es la retroflexión y en qué consiste?

La retroflexión consiste básicamente en hacerse a sí mismo lo que le gustaría hacerse a otros, pero exclusivamente en términos agresivos/violentos.

Esto es, el paciente descarga su propia energía sobre sí mismo, provocando así somatizaciones tales como gastritis, úlceras, colitis… que tienden a aparecer cuando la persona se preocupa, se siente excesivamente nerviosa o estresada, o la frustración lleva a provocar cierta tensión y a no poder utilizar esa energía de un modo positivo.

¿Cómo es la estrategia?

La estrategia consiste sobretodo en facilitar la descarga energética de la persona sobre un objeto neutro. Eso sí, es fundamental que este objeto neutro represente o simbolice una figura, momento o situación que teme y le molesta.

Para finalmente realizar un trabajo con la agresión llevándola al amor y a la ternura; esto es, que el paciente se dé amor a sí mismo.

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