La denominada como silla vacía (útil para trabajar proyecciones y conseguir que el paciente salga del sistema) es una de las estrategias terapéuticas más comunes dentro de la propia Psicoterapia Gestalt, bastante más conocida de lo que en realidad se piensa gracias, sobretodo, a que ha aparecido en varias películas de reconocido renombre de la industria de Hollywood.
Para desarrollar esta estrategia, el terapeuta Gestalt necesita un total de tres sillas, las cuales deben ser colocadas de la siguiente manera: dos de ellas se colocan frente a frente, y la restante en medio de ambas. De esta forma quedan como si fuera un triángulo.
Luego el terapeuta solicita al paciente que escoja una de las dos sillas que se encuentran frente a frente, invitándole a que se conecte, a través de la respiración, con su zona interna.
Con su imaginación el paciente debe buscar a su otra polaridad y situarla en la otra silla, iniciando un diálogo que le ayudará a comprender el proceso que lo lleva a que se bloquee.
La tercera silla, conocida con el nombre de silla integradora, se utiliza para que el paciente pueda tomar de cada uno de los personajes imaginados en los que representó lo mejor de ellos, eliminando simplemente aquello que ya no sirve.
Esta estrategia terapéutica se convierte en una de las más sencillas, especialmente por su facilidad a la hora de aplicarla.
Imagen | Trevor Blake
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