El Enfoque Gestáltico es el enfoque básico a partir del que la Terapia Gestalt basa sus principios más fundamentales.
Se trata, como ya hemos visto en otros momentos, de un enfoque holístico, lo que significa que la Gestalt tiende a percibir a los seres vivos y a los objetos en su más absoluta totalidad.
Por ello, desde siempre se ha defendido una máxima imprescindible: “el todo es más que la suma de las partes“. Es decir, todo existe y, a su vez, adquiere un significado completo dentro de un contexto específico, por lo que nada existe aislado, por sí solo.
La particularidad –e importancia- del Enfoque Gestáltico se basa en que es un modo de vivir la vida de manera plena, aceptando lo que es cada persona y responsabilizándonos de lo que somos.
El Enfoque Gestáltico puede llegar incluso a ser concebido como un auténtico modo de vida. Por ello se le denominada con el nombre de enfoque y se diferencie de la propia terapia.
Una buenísima opción a la hora de descubrir un poco más sobre los diferentes fundamentos de la terapia Gestalt, es conocer las bases de la Gestalt:
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Religiones orientales, sobretodo el Budismo Zen.
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Psicoanálisis.
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Filosofía existencial.
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La propia psicología de la Gestalt.
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Psicodrama.
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Teoría de la Indiferencia Creativa.
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Teoría de la coraza muscular.
Otra opción es conocer algunas premisas del enfoque gestáltico:
- El ser humano no percibe las cosas como entidades aisladas sino que las organiza en entidades significativas.
- Toda la vida y el comportamiento humanos son gobernados por un proceso de homeostasis (adaptación que busca el equilibrio).
- El ser humano es un organismo unificado.
- El comportamiento se manifiesta tanto a nivel físico (aparente) como mental (inaparente).
- Ningún individuo es autosuficiente.
- Se considera al individuo como una una función del campo organismo/entono.
- Darse cuenta siempre transcurre en el presente (aquí y ahora).
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