Los experimentos en la denominada como Terapia Gestalt son conocidos como aquellos procesos metodológicos vivenciales en los que se aplican técnicas gestálticas para facilitar el darse cuenta en el paciente.
Son sobretodo útiles para que la persona pueda por fin descubrirse a sí mismo y tratar de mejorar aquello que interiormente no podía antes de acudir a la consulta del especialista.
No en vano, existen diferentes técnicas que muchos psicoterapeutas aplican en este proceso metodológico vivencial: calentamiento inespecífico, calentamiento específico, acción, retroalimentación y cierre.
Por tanto la técnica de retroalimentación tiende a ser la penúltima técnica dentro del modelo o proceso metodológico de los experimentos en Gestalt.
Como veremos a continuación, se caracteriza por ser una técnica sumamente sencilla, que consiste sólo en una serie de pasos simples, pero con grandes beneficios para los pacientes.
Técnica de Retroalimentación en el Experimento Gestalt
En la técnica de retroalimentación es el paciente quien comparte su experiencia con el psicoterapeuta para tratar de descubrir cómo ha evolucionado su pensamiento durante la terapia.
Como podemos imaginar, es una técnica sumamente útil, puesto que es la forma que el psicoterapeuta tiene para que el paciente fortalezca su nueva experiencia, de manera que ésta se incluya en la red asociativa mnémica.
Es la penúltima técnica dentro del modelo de experimentos en Gestal, con lo cual se convierte en una parte del proceso sumanente importante, que da paso a la final: el denominado como cierre.