YOGA EN ADOLESCENTES

“Estar presente en el propio cuerpo, de habitarlo, de existir y vivir en él”

Podría escribir muchas cosas acerca de los beneficios del yoga en el ser humano, pero hoy escribo estas líneas pensando concretamente en nuestros jóvenes adolescentes, este sector de la sociedad en donde su potencial está totalmente abierto para elegir una gran cantidad de caminos que se abren a su paso, ¿por qué no ofrecerle uno más?

La práctica continua del yoga nos ofrece múltiples beneficios; podemos empezar que en el Hatha Yoga, en una primera parte, que es completamente psicofísica, propone la movilización de todas las articulaciones y movimientos que ayudan a “desentumecer” el cuerpo para prepararlo para la postura, al mismo tiempo que vamos llevando un buen ritmo respiratorio, vamos creando “un fuego interno” que revitaliza el cuerpo y “resetea” por completo la mente, estimulando al mismo tiempo un incremento en la circulación, revitalizando todos los órganos, tonificando los músculos y los ligamentos, estabilizando las articulaciones, relajando los nervios, y promoviendo la mejora del funcionamiento de todos los sistemas corporales.

Esta primera parte es en sí misma un beneficio importante para el practicante en general, sin embargo, cuando el practicante es un adolescente  que transita por los cambios  propios de su nueva etapa, donde su experiencia sensorial esta intensificada por estos cambios corporales y hormonales, la práctica de yoga puede llegar a ser un buen acompañante.

Después del trabajo físico, nos vamos introduciendo a lo que es básicamente el camino de las posturas (asanas), la práctica de las posturas desintoxica el organismo produciendo en el practicante equilibrio a nivel corporal y mental.

Aunque la meditación es la finalidad última de la práctica del yoga, podremos distinguir que con la práctica la postura se convierte en una forma meditativa válida previa a la meditación.

Para nuestros jóvenes en general puede ser un buen método de relajar, de calmar, el “ruido interno” que suele estar muy presente en su búsqueda de identidad y fortalecimiento del “YO”, generando a nivel físico mayor:

  • Capacidad muscular,
  • Flexibilidad,
  • Masaje a los órganos internos,
  • Mejor y mayor aporte sanguíneo a los diferentes órganos y músculos,
  • Mejor y mayor capacidad respiratoria,
  • Mayor conciencia corporal.

Las mismas asanas se adaptan para asegurar la integridad de la columna vertebral, las articulaciones, los órganos y la respiración, produciendo a nivel emocional y psicológico un mejor equilibrio.

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