En la entrada anterior hablamos de los diferentes cambios que experimenta el bebé en los primeros meses de vida a nivel cognitivo, y también cómo podemos estimularle en base a la etapa de desarrollo en la que se encuentre.
A partir de los 4 meses y hasta los 6 aproximadamente, vemos en el bebé cambios también a nivel motor.
En los primeros meses de vida para el bebé, él y su madre son un único cuerpo sin límites diferenciados. A partir de los 4 meses el bebé empieza a ser consciente de que su cuerpo es distinto al de su madre y también es consciente de que puede moverlo.
En cuanto a los grandes movimiento que puede realizar con el cuerpo, lo que se denomina desarrollo motor grueso, podemos observar la capacidad que tiene el bebé para apoyarse sobre sus antebrazos y mantenerse durante un periodo corto de tiempo, dar la vuelta sobre sí mismo e incluso mover y sostener su cabeza, entre otros.
También encontramos movimientos más delicados y sofisticados en el bebé que requieren de una mayor coordinación y esfuerzo. Estos movimiento finos y precisos, son los que se engloban dentro del desarrollo motor fino. Este nivel de desarrollo le permite agarrar objetos con las manos aunque aún no use con mucha destreza sus dedos.
Para poder hacer todo esto, el bebé ha necesitado fortalecer sus músculos y mejorar su coordinación. Podemos estimularle de diferentes formas:
- Colocarle bocabajo para fortalecer sus antebrazos
- Tumbarle bocarriba y ayudarle a incorporarse
- Ayudarle a darse la vuelta sobre sí mismo
- Colocar cerca del bebé objetos que llamen su atención para que pueda cogerlos, etc.