Me encontré vagabundeando en mi casa, hojeaba libros de mitología, filosofía que me ayudaran a comprender, necesitaba de alguna manera dar sentido a la experiencia que estoy, que estamos viviendo.
También hojeé algunos de mis apuntes en terapia Gestalt y me topé con la belleza, con lo que para mí es la estética a la hora de comprender el sufrimiento humano, recordé lo que me enraíza en mi trabajo terapéutico, estás tres líneas de pensamiento que son una gran fuente de inspiración y aprendizaje para mí: la mitología, la fenomenología y la terapia Gestalt desde el punto de vista de teóricos como Jean-Marie Robine.
La terapia Gestalt es un modelo que no es médico, es más bien filosófico porque trata de la existencia, de los valores humanos, que no se miden con herramientas médicas, aclaro esto como una manera de poder adentrarnos al tema de la ansiedad sin mirarlo desde ese enfoque médico.
Ansiedad y angustia
La ansiedad, que en estos momentos puede ser una sensación por muchos compartida. Vamos a colocar a la ansiedad y la angustia en la misma familia.
Angustia viene del latín que significa angosto, estrecho.
En la pausa, en el detenernos, estamos más vulnerables a la angustia. Paradójicamente, la transformación se da en la pausa que nos posibilita a un rumbo distinto. La pausa me arranca de los automatismos ¿cómo quiero responder a esto que me presenta la vida? No estamos acostumbrados a detenernos y sin darnos cuenta hacemos avalanchas que cierran los espacios de la angustia.
La ansiedad forma parte de la condición humana, lo que puede ser patológico es lo que hacemos con la ansiedad, la manera como gestiono mi ansiedad, la “solución” que encontré, es lo que en definitiva se convierte en lo patológico, y ahí estaría el sufrimiento. Una persona que empieza a tomar whisky, por ejemplo; para gestionar su angustia, lo que luego será una adicción, comenzó como un ajuste ante momentos de ansiedad.

Jean-Marie Robine explica que la teoría de la terapia Gestalt considera que la ansiedad es lo mismo que la excitación, son las dos caras de la misma moneda, una no existe sin la otra.
La angustia nos pide movernos, entonces la angustia para el pensamiento gestáltico y filosófico no es el “enemigo”, por el contrario, es el comienzo del desarrollo potencial, es justamente lo que necesitamos, quizá lo que necesitamos aprender es cómo gestionar mayores niveles de ansiedad que me ayuden a movilizarnos y promuevan nuestro desarrollo, ya que la excitación, movimiento, que genera la ansiedad es una energización situada en el cuerpo que pide su expresión, si no le damos dirección se queda frenada en el organismo y ahí se produce el bloqueo, la ansiedad. Podemos tomar un ejemplo de ansiedad con la respiración, aunque no es la única forma en la que podemos descubrirnos con ansiedad sin embargo la respiración se hace muy evidente cuando sentimos angustia.
Recuerdo que los maestros de yoga suelen decir algo así como: Donde está tu respiración, está tu atención, donde está tu atención, está tu energía.
Si sabemos que la energía es movimiento y los maestros lo toman como un vehículo que acompaña la respiración, entonces como menciono arriba, cuando la energía no es movilizada, la respiración esta frenada.
Espero que estás reflexiones sobre la angustia/ansiedad te acompañen a descubrir qué es lo que está queriéndose expresar a través de tu ansiedad y que quizá no encuentra un entorno adecuado para poder poner en movimiento, eso, que por lo pronto se moviliza y frena en el cuerpo.