Hoy por la mañana pensando en escribirles acerca de la «individualidad en la pareja» me encuentro con un «viejo» cuaderno donde escribía cosas significativas de los libros que leía. Este párrafo lo escribí en el 2001 cuando vivía en Cánada, por aquel entonces leía a Paulo Coelho y me preocupaban los asuntos de la pareja, todavía es así, todavía me interesan el desafiante mundo de la relación de pareja y por eso dedico gran parte de mi profesión para el desarrollo y acompañamiento con parejas y familia.
Esto es lo que encontré en mi cuaderno. El equilibrio entre las cosas es muy frágil…Las transformaciones más profundas, tanto en el ser humano, en la pareja, como en la sociedad, tienen lugar en distintos periodos de tiempo. Cuando menos lo esperamos, la vida nos coloca delante de un desafío que pone a prueba nuestro coraje y nuestra voluntad de cambio; en ese momento, no sirve de nada fingir que no pasa nada, ni disculparnos diciendo que aún no estamos preparados.…
Me gusta este párrafo para introducir el desafío que produce en una relación de pareja mantener la propia individualidad al mismo tiempo que crece la intimidad en la relación.
Ser capaces de escucharse, y ser capaces también de mantenerse en las diferencias, porque todos tenemos equivocado que como pareja tenemos que tener la misma necesidad, la misma prioridad en lo que queremos y es falso, debemos desarrollar la tolerancia de aceptar las diferencias y vivir con cierto grado de desacuerdo.
No solo nos ayuda a preservar mi identidad y mi individualidad, sino que establece una nueva relación de intimidad en donde poder convivir en pareja no significa sentirme «tragado» por el otro, sino saber que puede existir la individualidad al mismo tiempo que establezco un lazo profundo en la relación.
Esto pasa cuando sentimos la libertad de ser quien soy y no cuando, ¡siempre!, debo satisfacer las necesidades de mi pareja.
En terapia gestalt sería una relación en confluencia, que significa la no existencia o la no consciencia (no-awareness) de lo que yo quiero con respecto a lo que el otro desea, lo confundo y termino «queriendo» lo que mi pareja quiere. Generalmente, el rompimiento de esa «confluencia» produce culpabilidad.
El desafío nos pide poder mantenernos en una relación y al mismo tiempo mantener nuestra individualidad.