La idea de este blog también surgió de las curiosas cabezas pensantes de las adolescentes que forman parte de nuestras clases de yoga. Después de una de las sesiones de relajación, una de ellas le preguntó a Erika: “¿Para qué nos pones ese tipo de música para la relajación y meditación?”.
Lo cierto es que la música es una evocadora potente de emociones y sensaciones, que nos puede ayudar desde a relajarnos y concentrarnos en una clase de yoga, hasta permitirnos viajar en el espacio y tiempo, a nuestros recuerdos o nuestros sueños.
¿Y tú? ¿Cuándo escuchas música y para qué? ¿Cuántas veces has recurrido a la música a la hora de realizar alguna actividad? Ya sea porque se está convirtiendo en una tarea muy pesada y aburrida… o porque simplemente te gusta acompañarla de música.
A nuestras chicas de yoga les gusta escuchar música mientras estudian, cada una de ellas con sus propias preferencias musicales. Entonces nos preguntábamos: ¿hay algún tipo de música que sea más adecuado para ayudarnos a estudiar o concentrarnos en alguna actividad?
Más adelante responderemos a esta pregunta, pero lo cierto es que, incluso más importante que el tipo de música escuchemos, es el tipo de actividad que vayamos a realizar.
¿Cuándo ayuda la música a nuestro rendimiento?
Cuando nos vamos a enfrentar a tareas repetitivas, previsibles y aburridas. Los primeros estudios datan del año 1972, cuando se vio que la música de fondo mejoraba la productividad de los trabajadores en las fábricas. En estos casos la música es perfecta para mantenerse concentrado.
En yoga, así como en otros deportes…
Javier Yanguas (2006) nos habla de la importancia del ritmo de la música para aumentar el rendimiento deportivo: «parece existir una predisposición innata en el hombre a sincronizar movimientos, con lo que, ayudados por un ritmo musical alto (> 100 bpm), los actos motores serían más eficientes y, en consecuencia, podría mejorarse el rendimiento físico. Prácticamente la totalidad de los estudios coinciden en la capacidad de la música para disuadir estímulos externos y focalizar la atención del sujeto en la tarea física que está ejecutando, a la vez que minimiza la sensación de fatiga que acompaña al ejercicio».
En el caso del yoga, en cambio, se utiliza un tipo de música con un ritmo bajo, de manera que induzca al cuerpo a realizar los movimientos de manera lenta, controlada y consciente, así como una respiración también más lenta y profunda. Tendiendo más a la relajación, que a la activación que inducen los ritmos rápidos.
¿Y cuándo NO es aconsejable escuchar música?
Cuando estamos realizando tareas más complejas, por ejemplo, estudiar por primera vez un tema o un texto que no requiera memorizar literalmente, sino comprender y trabajar mentalmente, o vamos realizar actividades numéricas complejas.
Un estudio ya en 1980 ya adelantaba que la música no solo no ayuda a trabajar mejor cuando se trata de pensar, sino que además entorpece la labor.
En ese caso, es mejor el silencio. Como también lo confirma un nuevo estudio realizado por Takahiro Tamesue, de la Universidad de Yamaguchi, en Japón. Se encargó de analizar los efectos sobre los procesos neurológicos de diferentes tipos de sonido llegando a dicha conclusión.
Ciertas teorías del lenguaje postulan que los seres humanos tenemos tendencia a interpretar los sonidos como voces y palabras (¿Nunca te ha ocurrido que estés haciendo ruido en una habitación y que otra persona te pregunte si le has dicho algo?), debido a ello, la música con letra es la que más afecta a nuestra concentración, incluso si es en un idioma que no hablamos, ya que está ocupando espacio en nuestra capacidad verbal.
La música clásica o ambiental o el ruido blanco, no interfieren tanto con el cerebro, pero en cierta medida siguen afectando negativamente.
Éstas teorías también explican cómo, otras actividades que no utilizan el lenguaje, como los deportes, en los que se utiliza la capacidad motora y no la verbal, la música con letra no interfiera en su ejecución.
¿Qué recomiendan algunos expertos?
En las tareas más complejas, en las que necesitas de tu capacidad verbal y ejecutiva, recomiendan escuchar música (la que queramos) solo en los intervalos en los que estamos descansando.
¿Y en qué se diferencian dichas actividades?
Según el tipo de actividad, utilizaremos diferentes capacidades y tipos de memoria, lo que repercutirá en nuestra capacidad multitarea.
Las tareas repetitivas y monótonas, como los mencionados trabajos en cadenas de montaje, se realizan de manera automática, es decir, no necesitan tanto de nuestra atención una vez que las hemos aprendido.
Lo memorizamos entonces en nuestra memoria procedimental, que participa en el recuerdo de las habilidades motoras y ejecutivas necesarias para realizar una tarea. Esta memoria es la que utilizamos para montar en bici, cepillarnos los dientes… o es la que por ejemplo se pone en marcha cuando nos distraemos en la calle y de repente nos encontramos tomando el camino hacia la universidad, cuando en realidad queremos ir a casa de la abuela. Es un tipo de memoria implícita, donde las experiencias previas ayudan a la ejecución de la tarea.
Sin embargo, en las otras tareas mencionadas, que requieren de procesos cognitivos complejos, necesitamos de nuestra memoria de trabajo, que se trata de un tipo de memoria a corto plazo en el que interviene la corteza prefrontal (sede de las funciones ejecutivas, entre otras), y nos permite integrar percepciones instantáneas producidas en períodos cortos y combinarlos con el recuerdo de experiencias pasadas (Kandel, 2006), es decir, nos permite combinar la información que nos llega del entorno con la almacenada en la memoria a largo plazo y trabajar con dicha información. Este tipo de memoria es limitado.
Necesitamos de la atención para que el cerebro oriente los procesos mentales, de manera que, si se presta atención a la música, se desatienden otras tareas, es una cuestión de capacidad multitarea y reparto de recursos atencionales.
Entonces, ¿cómo se explica que algunos estudiantes se concentren más mientras escuchan música?
Cuando escuchamos música, nuestro cerebro segrega dopamina, lo que mejora nuestro humor y estado de ánimo, y nos produce placer, lo que ayuda a eliminar estrés y a asociar el trabajo con algo que se valora positivamente.
Esto fue lo que encontró en 2005 la investigadora Teresa Lesiuk, de la Universidad de Windsor (Canadá), cuando estudió los efectos de la música sobre el rendimiento de trabajo en un grupo de desarrolladores de sistemas informáticos, quienes realizaban las tareas más rápido y de manera más creativa.
Claro está que la ayuda que nos pueda brindar la música dependerá de varios factores:
–Depende de la persona: todos no nos concentramos igual ante los ruidos o la música. Y parecer ser que también de la edad: los más jóvenes parecen beneficiarse más de la música cuando realizan una tarea.
-No olvidemos de nuevo el tipo de tarea o puesto de trabajo.
En este caso, en el que los autores se ponen de lado de la música, también nos hacen ciertas recomendaciones musicales:
–Como todo en la vida, los extremos nos son recomendables: ni un ritmo muy repetitivo, ya que nos resultaría aburrido, ni ritmos muy complejos o caóticos como los de free jazz. Esto es lo que revela el profesor Morten Kringelbach de la Universidad de Oxford, teniendo nuestro cerebro preferencia por un estilo musical ni muy predecible ni muy caótico.
Esperamos que este artículo te haya dado cierta orientación, y que puedas aplicar la información anterior y algunos consejos a tu vida, para mejorar tu concentración y productividad.
Autora: Melisa Goya Nakakaneku (Alumna de Prácticum)
Si quieres escribirme, este es mi correo: meligoyanaka@hotmail.com
Fuentes:
Fox, J. G., & Embrey, E. D. (1972). Music—an aid to productivity. Applied ergonomics, 3(4), 202-205.
Lesiuk, T. (2005). The effect of music listening on work performance. Psychology of music, 33(2), 173-191.
http://www.apunts.org/es/influencia-musica-el-rendimiento-deportivo/articulo/13098900/
https://www.doeua.es/musica-aplicada-a-la-mejora-del-rendimiento-laboral/
http://www.elmundo.es/papel/cultura/2016/10/10/57f76e73268e3ed4398b4709.html
http://es.gizmodo.com/por-que-escuchar-tu-musica-favorita-mientras-trabajas-p-1789825784
http://www.investigacionyciencia.es/revistas/mente-y-cerebro/numero/41/preparados-listos-msica-858
https://psicologiaymente.net/inteligencia/estudiar-escuchando-musica